NATURALEZA EN OS ANCARES

El medio natural de Os Ancares

En las montañas del noroeste peninsular tiene lugar el encuentro del mundo mediterráneo y el mundo atlántico, ya que es aquí donde se encuentra el límite entre estas dos regiones geográficas, la región Eurosiberiana y la región Mediterránea.

Cada una de estas regiones está caracterizada por un conjunto de especies y de comunidades vegetales que las distinguen de las regiones contiguas principalmente por las particularidades climáticas, geográficas e históricas que la definen. La región Eurosiberiana comprende la mayoría de Europa mientras que la región Mediterránea se encuentra bordeando las costas del Mar Mediterráneo, en este sentido la península Ibérica pertenece a la región climática mediterránea en su práctica totalidad. Precisamente la zona de contacto entre las dos regiones se encuentra a lo largo del Mar Cantábrico y de la Sierra de Ancares se puede decir que es la frontera entre una y otra región. Esta identidad de territorio fronterizo le otorga a Ancares una gran biodiversidad ya que engloba especies que están en su límite de distribución y que son muy raras en el resto de Galicia.

A pesar de los quebraderos de cabeza que trajo consigo la inclusión de la comarca en una de las regiones climáticas que ejercen su influencia sobre la vida de Ancares, actualmente se considera que está incluida en la región Eurosiberiana, y más concretamente en la provincia Orocantábrica, sector Laciano-Ancarense y subsector Naviano-Ancarense. Las provincias, sectores y subsectores son subdivisiones establecidas en el interior de las regiones para identificar y definir con más precisión los distintos tipos de flora y vegetación.

En torno a esta peculiaridad se han efectuado numerosos estudios ya que en Ancares entran en contacto dos subsectores pertenecientes a dos regiones diferentes por lo que la diversidad vegetal es muy superior a la existente en otras zonas limítrofes. Rodríguez Guitián y Guitián Rivera (1993) sitúan el límite de la región mediterránea en una cota en torno a los 1.000 metros en los valles meridionales de  Ancares leoneses formados por los ríos Valcárcel, Ancares, Burbia y Cúa. De todos modos estos mismos autores reconocen influencias mediterráneas en la cuenca del Río Navia ya que en Ancares lucenses, indicadas por la presencia de ciertas especies propias de regiones climáticas mediterráneas como son el madroño (Arbustus unedo), el alcornoque (Quercus suber), el piorno gatiña (Genista falcata) y el cantueso (Lavandula stoechas subsp. sapaina)

No sólo esta particularidad fomenta la diversidad vegetal en Ancares, ya que en unos pocos kilómetros en Ancares uno puede subir desde los 300 metros del cauce del Río Navia, al norte del municipio de Navia de Suarna, al norte del municipio de Navia de Suarna, hasta los 1.935 metros sobre el nivel del mar del pico Mostallar, el pico más alto de la parte gallega de Ancares aunque superado con creces por el Cuiña y el Miravalles en León. En estos más de 1.600 metros de desnivel la orografía se torna compleja y forma una intrincada red hidrológica que drena el Navia, en tanto que la naturaleza de los materiales geológicos y la variedad de formaciones geomorfológicas, con formaciones de origen glaciar y de origen fluvial, no hacen sino incrementar la heterogeneidad del mosaico ecológico de la comarca.

Fauna y flora

Por ser un territorio límite, el suelo, la flora y la fauna de Ancares son muy profusos, variados y característicos.

El suelo está compuesto por una abundancia de rocas, pizarras, granitos y areniscas que finalmente determinan un grado de acidez que imprime carácter a la flora, la cual resulta de especial interés y en la que predominan los brezales, que cubren gran parte de las laderas de solano del lado oriental. Son abundantes también los castaños y las «carballeiras», tan propias del interior de Galicia y de las que aún podemos disfrutar en Ancares.

En cualquier lugar nos podremos encontrar robles centenarios que nos sorprenderán, al igual que las abundantes colonias de acebos, se cuyo fruto se alimenta el urogallo, una especie protegida y emblemática de Ancares. A ellos se unen castaños y nogales. El brezo y los arándanos, con los que se elabora un riquísimo licor, son especies especialmente abundantes entre las bayas más nobles.

Proliferan los jabalíes, corzos, ciervos, conejos, liebres, y, en menor medida, la perdiz de cabeza roja, pues el abandono de los campos de grano dificulta la existencia de colonias de esta especie.

Los cernícalos, buitres, zorros, lobos, gavilanes, lechuzas, águilas culebreras, ardillas, tejones, gatos monteses, nutrias y jinetas completan el panorama faunístico, del que los amantes de la caza podrán disfrutar en los cotos de Cervantes, Brañas o San Martín, coronados por la Reserva Nacional de Caza de Ancares, que está ubicada en el municipio de Cervantes. Y los proyectos en marcha hacen pensar que quizás en poco tiempo podamos ver osos en los montes.