El jabalí


El jabalí es el antepasado del cerdo y como tal su constitución es muy parecida a la de este animal doméstico. El jabalí es un animal robusto y fuerte, de una longitud de hasta dos metros y una alzada de un metro. Tiene las patas cortas y delgadas y el cuerpo fuerte y robusto, en el que destacan un amplio perímetro torácico y una cabeza proporcionalmente muy grande. La cabeza es marcadamente triangular, con un morro o jeta largo y estrecho en la punta, con ojos pequeños, orejas notorias, tiesas y peludas y colmillos vistosos. Los colmillos sobresalen de los belfos y pueden llegar a ser muy visibles especialmente en los grandes machos. Los colmillos inferiores son largos y rectos, los superiores son algo menores y están curvados hacia arriba, quedando paralelos a los inferiores. Los colmillos suelen ser mayores en los machos, sin embargo, este rasgo no sirve para diferenciar los sexos que son de muy difícil identificación en el campo. El pelaje del jabalí está dominado por unas cerdas muy recias, que se bifurcan en la punta, de color pardo oscuro en Galicia y presenta como característica notoria el color más oscuro del morro, aunque el pelaje puede presentar gran variabilidad. Los adultos presentan una crin de cerdas más largas en la parte delantera de la espina dorsal que erizan cuando detecta peligro. Los jabalíes de Galicia tienen un peso que ronda entre los 65 a 95 kilogramos, aunque en grandes machos puede llegar a ser de 150.

El jabalí es un ungulado artiodáctilo, que es el orden al que pertenecen también todos los grandes herbívoros salvajes de Galicia. La subespecie que podemos encontrar en Galicia es Sus scrofa castilianus.
Es habitual encontrar jabalís en las grandes áreas de matorral de Ancares, que tienen una gran altura y espesor suficiente para proporcionarle cobijo durante todo el año. Sin embargo, el jabalí se debe relacionar más al paisaje que a un determinado tipo de hábitat, ya que utiliza un área de campeo muy grande, utilizando medios muy diversos dentro de la misma. De hecho, un macho puede tener un área anual de desplazamiento de 10.000 a 15.000 hectáreas mientras que las hembras se desplazan menos, unas 5.000 hectáreas.
El jabalí es una especie crepuscular y nocturna y los machos son solitarios durante todo el año, excepto en la época de celo, que tiene lugar en otoño e invierno y durante la cual el macho se acerca a las hembras. Las hembras viven en pequeños grupos familiares, formados normalmente por la hembra y las crías del año anterior, que sólo la abandonarán cuando las crías de la camada siguiente alcancen determinada edad. Los partos tienen lugar durante la primavera y el verano, con un número de crías de 1 a 10 y durante los primeros meses de crecimiento de al camada el área de campeo de estos pequeños grupos familiares se ve muy reducida.

El jabalí es un animal eminentemente vegetariano, ya que la proporción mayoritaria de la dieta es vegetal durante todo el año. Sin embargo ésta es muy variada y adaptable a las variaciones estacionales y el hábitat. La fracción animal de la dieta está representada generalmente por insectos, lombrices, caracoles, huevos de ave o incluso anfibios y pequeños mamíferos, y no suele pasar del 30%. La fracción vegetal se compone de plantas herbáceas, plantas cultivadas, bulbos, tubérculos, rizomas, bellotas, castañas, etc. A menudo se desplaza para localizar estas fuentes de alimento, acercándose a las aldeas en otoño en busca de maíz y buscando sotos de castaño en invierno, cuando el suelo de estas formaciones está lleno de castañas. La importancia de este producto, hoy en día, es muy alta en lugares como Ancares donde los bosques autóctonos y su despensa de bellotas han sido sustituidos por grandes matorrales.